Las funciones y opciones automáticas que te puede ofrecer tu equipo no siempre llevan a obtener mejores resultados, en términos generales se deben usar con bastante cuidado y moderación tomando en cuenta que el mejor resultado solo tu lo puedes obtener, casi siempre…
Entre todas las opciones automáticas la selección automática del valor ISO (auto ISO) se ha perfeccionado a lo largo de los últimos años al punto de ofrecer mayor eficiencia y confianza al momento de utilizarla.
Es la alternativa que ofrece tu cámara para evitar que las fotografías salgan borrosas por utilizar, sin darnos cuenta, un tiempo de exposición muy largo o sub expuestas debido a la escasa luminosidad que se puede encontrar en algunos lugares y situaciones.
¿Cómo funciona?
En los tiempos de la fotografía tradicional no existía la posibilidad de cambiar fácilmente el valor ISO para adaptarse a las condiciones de la escena. Cada tipo de material ofrecía un valor específico, si querías usar otro la única solución consistía en cambiar el rollo que estaba en la cámara. Las cámaras digitales ofrecen la maravillosa oportunidad de escoger un valor diferente para solucionar las necesidades de cada toma.
En aquellas situaciones en las que la luz no sea suficiente la cámara tratará primero de utilizar el menor tiempo de exposición posible y si aun así es insuficiente comenzará a subir el valor ISO hasta estar en condiciones de conseguir una toma correctamente expuesta. Hasta aquí todo está bien, pero si deseamos obtener resultados de calidad es necesario indicar bajo que situaciones y cómo nuestra cámara enfrentará la falta de luz.
No nos interesa que el tiempo mínimo de exposición sea mas largo que lo seguro para hacer la toma sujetando el equipo entre las manos y tampoco la idea de utilizar un valor ISO excesivo que favorezca la aparición de ruido digital. Para lograr esto es necesario indicarle a tu cámara cuales son los parámetros y valores entre los que se puede mover.
Es importante considerar que esta herramienta no se puede usar cuando la cámara está en el modo de exposición manual.
¿Cuándo usarlo?
Hay varias situaciones o escenarios en los que se justifica claramente usar esta alternativa. Veamos los siguientes ejemplos:
- Te encuentras realizando un reportaje o ensayo visual en el que tienes situaciones muy cambiantes de luz, como lo que podrías encontrar con una persona que viaja en un tren, se baja de este y continúa caminando hacia su lugar de trabajo; tres diferentes tipos de luz en muy pocos minutos y que no dan tiempo para ir viendo en pantalla el histograma.
- Estás en una celebración familiar, algunas personas conversan entre si y otras están sentadas junto a una mesa, quieres fotografiar de todo pero no quieres perder la oportunidad de participar de lo que ocurre a tu alrededor.
Estos son solamente algunos ejemplos bastante más comunes de lo que se piensa, pero también hay otras situaciones más específicas en las que puedes considerar útil utilizar esta capacidad de tu equipo fotográfico.
¿Cómo se usa?
Se debe acceder mediante el menú de configuración (en Nikon y en Canon el mal llamado menú “Disparo” y que se representa con el ícono de una cámara).
Es importante considerar que no todos los modelos de cámara poseen esta opción y en caso de que exista se debe proceder de la siguiente forma:
- Seleccionar Auto ISO.
- Establecer la sensibilidad máxima.
- Seleccionar la velocidad de exposición mínima (algunas cámaras de alta gama ofrecen establecer este valor automáticamente según sea la distancia focal del lente que estemos usando).
En Nikon hay una opción no documentada que permite considerar como sensibilidad mínima la que estemos usando al momento de seleccionar Auto ISO.
¿Cuándo está de más?
En realidad, mas que estar de más hay que considerar cuando puede terminar estropeando la fotografía debido al aumento de ruido digital, pérdida de rango dinámico, falta de contraste y definición para valores ISO muy elevados.
Creo que esta opción puede ser útil cuando no hay el tiempo necesario para ajustar manualmente el valor ISO que cada toma requiere, pero también considero que es una forma muy sencilla y rápida de entregar mucho control sobre la toma de decisiones que debería asumir cada fotógrafo (sin importar si es aficionado o profesional) ante cada fotografía. En resumen: úsese con moderación y criterio.
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