Imagina por un momento la siguiente historia: Caminas por la calle y de repente te encuentras cara a cara con una de tus fotografías, impresa a gran tamaño en una paleta publicitaria. La sorpresa y orgullo inicial da paso rápidamente a la frustración y el sentido de vulnerabilidad, ya que no recuerdas haber autorizado su uso o que siquiera te lo hubiesen solicitado, además está claro que alguien está lucrando con tu trabajo sin darte ningún tipo de reconocimiento.
Esta historia que acabas de leer ocurre mucho más frecuentemente de lo que imaginas y sin embargo es muy poco lo que sabemos de cómo proteger nuestros derechos de autor
Los elementos que podrás encontrar a lo largo de este tema corresponden a una recopilación y análisis de diferente material legal que se relaciona con el tema de la protección de los derechos autorales; no es exhaustiva y puede que exista mucha más información de la que aquí encontrarás, pero a modo de orientación inicial te ayudará a tener claridad sobre el tema y que es lo que puedes hacer para protegerte del uso no autorizado de tu obra.
Mis derechos
Por el simple hecho de presionar el botón de obturación adquirimos el derecho de autor sobre el resultado que se pueda obtener. La legislación en general apunta en ese sentido y es necesario dejar en claro que este derecho es intransferible, es decir podemos arrendar, vender, regalar la obra, pero seguimos siendo su autor y como tal tenemos derecho a ser reconocidos (derecho moral) y retribuidos (derecho patrimonial).
Nuestro derecho de autor no es eterno, durará mientras vivamos y serán de nuestros herederos hasta 70 años después (eso se plantea en la jurisprudencia de EE.UU. y también bajo la Ley chilena Nº 17.336, sobre Propiedad Intelectual).
Esta ley (Nº 17.336) ampara los derechos de los autores chilenos y extranjeros domiciliados en Chile. Establece, además, que los autores extranjeros no domiciliados en el país gozan de la protección que les sea reconocida por los convenios internacionales que Chile ha suscrito y ratificado.
Es importante dejar en claro que las diferentes leyes no exigen el registro del material fotográfico en ninguna institución, pero es una ayuda para presentar como medio de prueba (por ejemplo en la Biblioteca del Congreso en EE.UU. o el Registro de Propiedad Intelectual en Chile) si es que se debe tomar el camino legal.
Los derechos de los demás
No siempre el uso no autorizado es ilegal, el mayor ejemplo de esto es cuando se utiliza como referencia de una crítica artística o cuando se emplea con fines exclusivamente académicos.
¿Cómo protejo mis fotografías?
En un mundo altamente interconectado por redes sociales y otros actores de Internet no se puede pensar en dejar de mostrar la obra para evitar el riesgo de ser publicado sin autorización, entonces las pocas opciones disponibles pasan por usar marcas de agua (visibles en mitad de la fotografía) y además incluir la información de autor en los datos EXIF e IPTC de la fotografía antés de subirla a la web.
Estas medidas son simples, pero no son infalibles (incluso hay programas que borran las marcas de agua).
Además, es de gran importancia leer las clausulas y condiciones de servicio en redes sociales como Facebook e Instagram y si no se está de acuerdo con ellas abstenerse de publicar material.
Mis responsabilidades
Un elemento complejo es el de las responsabilidades que emergen al tomar una fotografía en la que se incluyan personas, edificios o otros elementos reconocibles como propiedad de terceras personas.
Los daños y perjuicios que puedan ocurrir por el uso no autorizado de estas imágenes recaerán sobre el fotógrafo en el caso de no contar con las autorizaciones de modelos y/o propietarios. ¿Qué hacer?
Si vemos una fotografía nuestra publicada sin nuestra autorización es una buena estrategia comunicarnos con los propietarios del sitio web en el aparece y pedir una retribución económica por el uso no autorizado. Al mismo tiempo notificar al servicio de hosting en el que se encuentre alojado (esto funciona con servidores en los EE.UU.) para que se tomen las medidas administrativas.
El que una imagen aparezca en Internet no quiere decir que esta esté libre para el que desee descargarla e incluso lucrar con ella, como fue el caso de un muy astuto ladrón de imágenes que decidió montar una exposición y atribuirse la autoría de algunas obras, o como el de otro que ganó un concurso mundial con otra foto robada; ejemplos abundan, pero eso no quiere decir que esa práctica sea algo correcto.
¿Te interesa aprender más de este y otros temas? Participa en alguno de nuestros cursos de fotografía y viajes fotográficos.