Durante un viaje fotográfico es necesario conocer muchos elementos, y durante su desarrollo es necesario saber cuándo puedo tomar una fotografía y en que momento se debe contar con permisos para fotografiar.
Lo que sigue a continuación es una lista con algunas situaciones comunes que pueden complicar hasta al más intrépido fotógrafo que seguramente se pregunta ¿cuándo puedo tomar una fotografía?
Según las costumbres
Hay culturas que no permiten ser fotografiadas, ya que según sus creencias al ser apuntadas por el ojo de cristal se les arrebata el alma y se les impide el paso al paraíso al momento de la muerte. En este caso es el respeto y sentido común es lo que debe primar antes de apuntar la cámara.
En otras partes del mundo las personas posan gustosas a cambio de algunas monedas, pero esto genera una relación de dependencia muy fuerte y le quita espontaneidad a la fotografía.
La clave para estos casos es conocer las costumbres, conversar con la gente (en la medida que su idioma lo permita), establecer relaciones de empatía y sólo en casos muy justificados no pagar más de lo que sea habitual
Según sea el uso
Si la fotografía sólo será usada para mostrar a familiares y amigos no es necesario contar con un permiso escrito de quienes salen en ella, y lo mismo ocurre cuando es usada con fines editoriales (como para un diario o una revista), pero si se usa con fines comerciales o publicitarios es necesaria una autorización firmada.
Esto se aplica a personas, edificios y reservas naturales. Un duro ejemplo se ve en la isla Robinson Crusoe en Chile, donde la autoridad reguladora exige la firma de un acuerdo comercial de cesión de ganancias y un muy elevado pago diario para todo fotógrafo que ingrese con equipo profesional, aun cuando las fotografías no sean comercializadas.
Según lo que ocurra
En algunos países se protege celosamente la vida privada de las personas y en otros todo lo que ocurra en espacios públicos puede ser fotografiado.
En Chile, por ejemplo, si se fotografía un delito flagrante es necesaria la autorización de un juez para el uso y divulgación y en el caso de niños delinquiendo no se puede mostrar sus rostros.
La respuesta ante esto es conocer lo que dicen las leyes locales al respecto y evitarse un mal rato.
Museos, teatros y conciertos
En estos lugares no se permite el uso de flash ya que daña los pigmentos de las obras expuestas y distrae a actores y cantantes, pero antes de sacar la cámara es necesario solicitar el correspondiente permiso o acreditarse.
En el caso de conciertos y obras de teatro es necesario respetar el lugar sugerido para trabajar y llegar con la suficiente anticipación para no interrumpir la actividad ni entorpecer la organización.
La discreción y el uso del criterio es la pauta a seguir para este tipo de fotografías.
Edificios de acceso masivo
Luego del ataque a las torres gemelas, el crimen de Atocha y el atentado al metro de Londres, la forma de actuar de las personas cambió en forma radical. Cualquier falla a la seguridad puede ser usada en un nuevo ataque terrorista y así, por lo menos, lo piensan los encargados de garantizar la integridad de instalaciones estratégicas y edificios de acceso masivo.
Con el acceso masivo a la red una fotografía que puede aparecer en cualquier photolog es vista en casi cualquier lugar del mundo, y esto es algo que no le gusta a los expertos en seguridad.
En algunos de los lugares en que no se permite la toma de fotografías se advierte claramente sobre la prohibición, pero en muchos otros no se sabe de esto hasta el momento en que aparecen los encargados para confiscar el equipo y hacernos pasar un muy mal rato.
En este caso lo adecuado es preguntar antes de sacar la cámara, sobre todo si se está cerca de instalaciones militares, puertos, hospitales y plantas de energía.
La clave
Conocer las costumbres locales, conocer su gente y preguntar antes de fotografiar ayuda a saber en que momento se puede realizar nuestra pasión sin pasar un mal rato.
En nuestros viajes fotográficos y cursos de fotografía aprenderás mucho más de este y otros temas.