Son días muy intensos entre los grandes nombres de la fotografía, uno de los más renombrados fotógrafos con vida del siglo XX está en el ojo del huracán por causa del tampón de clonar.
No deseo hacer leña del árbol caído ni aprovecharme del momento para intentar moralizar a todos quienes de una u otra forma nos relacionamos en algún paso del proceso fotográfico con los programas de revelado digital, tampoco voy a defender lo difícilmente defendible, tan sólo intentaré recordar que en la fotografía existen límites que no están presentes en otras artes visuales.
Esos límites no deberían existir, pero somos nosotros quienes le damos un poder sobrenatural a la fotografía, y por lo tanto le exigimos que se comporte a esa altura. Nosotros le exigimos que sea objetiva, que certifique, que testimonie, que autentifique todo lo que en ella sea representado, sin embargo esto es mas difícil de cumplir que promesa de candidato, la fotografía no es (ni pretende ser) objetiva.
El retoque excesivo ha existido desde mucho antes que la fotografía digital y el tampón de clonar, y con ello se han realizado cosas no siempre inocentes: se ha intentado borrar la historia y el recuerdo, la existencia de personas y momentos.
Un ejemplo muy fuerte es la fotografía del soldado soviético alzando la bandera sobre el Reichstag que fue retocada en Moscú por qué el soldado tenía varios relojes en su muñeca y eso podía demostrar el pillaje y saqueo.
Más de alguien podrá alejar, y con justo derecho, que con estas cosas no sólo cae en el descrédito el fotógrafo (y su ejercito de retocadores de dedo fácil, en el caso de Steve McCurry), que también se perjudica a todo el gremio y que la fotografía pierde credibilidad, pero es importante considerar que la discusión sobre la naturaleza mimética de la fotografía es algo ya superado hace muchos años y que la fotografía tiene un papel mucho mayor que el de aparecer en la primera plana de un diario certificando el que algo ocurrió.
Esto no es algo que se solucione prohibiendo el uso de una herramienta o eliminándola del menú en Photoshop, es algo más profundo que tiene que ver con quien hace las fotos.
En fin, quién nunca a usado el tampón de clonar que arroje la primera piedra…
Puedes leer más sobre este tema en Retoque fotográfico, ¿hasta que punto llegar?