Durante octubre pasado la periodista Gemma Mascaró entrevistó a Pablo Jeffs, quién contó sobre la filosofía que mueve al equipo de Fototrekking.
A continuación reproducimos la entrevista publicada en revista Punto Ciego
“La fotografía no es un trofeo, es una consecuencia”
La fotografía es una experiencia que engloba emociones, técnicas, conocimiento, práctica, pero principalmente pasión. De todos estos conceptos sabe muy bien Pablo Jeffs, profesor de fotografía, Adobe Certified Expert (ACE) in Photoshop y creador de Fototrekking, que no es una escuela de fotografía, sino una experiencia de vida.
Fototrekking nace en 1996 como una idea de juntar habilidades de 3 amigos con intereses en común: amor por la montaña, los espacios libres y la fotografía.
Según cuenta Pablo, “el nombre Fototrekking es algo místico. Significa “Caminar por la luz”. Lo que se busca es que las personas adquieran las herramientas necesarias para poder expresar correctamente lo que tienen en el corazón, que disfruten con la fotografía y que se sientan motivados y satisfechos con lo que están logrando”.
Quienes forman parte de los cursos y talleres, son personas que buscan algo más que técnicas y teorías fotográficas. Es gente que ama la fotografía, que disfruta con lo que hace, y que aunque no se piensa dedicar a la práctica fotográfica como profesión, hace su quehacer fotográfico de manera excelente.
En este sentido, muchas personas pueden sentir aprehensiones si los talleres son al aire libre, e incluso en destinos exóticos. Pero Pablo aclara que “cualquier persona que pueda caminar al ritmo que sea en la naturaleza, ya está apta. Además, debe saber manejar una cámara fotográfica y entender algunos conceptos básicos”.
La forma de elegir los destinos tiene que ver con la personalidad que Pablo Jeffs ha impreso en Fototrekking. Es así que los lugares son los que le llaman la atención por lo auténticos. Es en esos ambientes donde se desarrolla el trabajo de enseñanza y aprendizaje, sin descuidar la seguridad, el confort y el profesionalismo de los participantes. “Hay un plan determinado que se cumple a cabalidad, pero también hay planes alternativos que nos permiten ofrecer experiencias memorables. No experiencias olvidables y desastrosas”.
Enfrentado estas experiencias, el fotógrafo tiene el gran desafío de empatizar. “Cuando estamos de viaje, no tenemos los estímulos diarios, tenemos nuevos estímulos, colores, olores. Todo es diferente. Es como que la persona se hubiese bajado del mundo. Anda todo más lento o más rápido, pero está más alerta, esa es la gracia”.
Para quienes están iniciándose en el tema, la recomendación es prestar atención al mirar. “Un ejercicio de confianza, un punto de partida interesante, es mirar el mundo como si fuera la única y última vez que lo ves, con la perspectiva de un niño. Los niños se asombran del mundo porque no saben si lo ven mañana. Lo mismo debiera hacer el fotógrafo o la persona que se está iniciando en la fotografía”.
En cuanto al equipamiento y la calidad de la cámara, Pablo considera que es una herramienta, y como tal, si no está sirviendo a la historia que se desea contar, es inservible, “puede ser la más sofisticada, la más nueva o la más arcaica, si no está al servicio de tu creatividad, no tiene ningún sentido”.
En lo personal, este artista asume su amor por el retrato, más allá de su pasión por la fotografía de paisajes. Cuenta que “a pesar que el paisaje me apasiona, si está sin las personas, es un paisaje inerte. Con las personas comienza a estar vivo. He volcado mi trabajo hacia el retrato, pero el retrato real, no el robado. No considero la fotografía como una cacería. La fotografía no es un trofeo, es una consecuencia”.
Por último, al analizar sus facetas como profesor y como artista, comenta que le encanta exponer, pero lo suyo es comunicar, transmitir experiencias y formar escuela. “Poder contarle a la gente lo que hago en realidad, las cosas que utilizo y cómo las utilizo para llegar a un resultado. La fotografía para mí no es algo de robar, es algo de dar y recibir, donde aprendo mucho de las realidades de los demás”.
Conoce a Pablo participando en alguno de los cursos de fotografía y viajes fotográficos que conduce en Fototrekking.
Luis González B. dice
Soy ex alumno de Pablo, aunque cuando puedo participo de sus «caminatas por la luz» , la última fue al Parque Nacional Río Cipreses, un encuentro con la naturaleza real, sin intervención humana.
El sentimiento expresado en la entrevista lo acojo 100%, a quienes nos gusta la fotografía vamos es busca de lo bello, aquello que guardaremos como un recuerdo imperecedero. Yo me defino como paisajista principalmente, pero con Pablo en los talleres que he participado que son muchos, la fotografía de estudio, de calle (barrios antiguos) donde existe la historia arquitectónica de la ciudad, la naturaleza (cuya opción es infinita), las familiares y otras como la macro, la nocturna, me han llevado a experimentar nuevas fotografías. La fotgrafía es un complemento ideal para la pintura al oleo, otro de mis hoby. Y por último Pablo es un tipo especial, es cercano, amable, muy altruista con sus conocimientos, un profesor ideal para quienes nos gusta la fotografía.