A las estaciones del año se les asocia algún color: el otoño es de un frío azul, el invierno se vuelve gris con los árboles sin hojas, la primavera es verde, todos tenemos alguna experiencia al respecto, pero cada una de estas tiene una determinada dominante que podemos aprovechar para obtener imágenes únicas y de gran impacto visual.
Todos los colores tienen la capacidad de influir sobre nuestras emociones y sensaciones provocando resultados bastante definidos.
“El color se percibe ópticamente, se vive psíquicamente.” Wassily Kandinsky
En el caso de las diferentes estaciones y el balance de color más adecuado para cada una de ellas se podría actuar en consecuencia buscando el equilibrio, pero también provocando de manera deliberada acentuar la sensación y recuerdo que nos puede producir.
Existen variadas formas de conseguir el adecuado balance de color para cada fotografía, pero sea cual sea el método lo que importa es el resultado que se desee obtener. Todas las estaciones tienen algo que ofrecer para el fotógrafo que conoce sus herramientas.
Herramientas y materiales
En la época de oro de la película fotográfica la discusión se resolvía fácilmente: se escogía el material equilibrado adecuadamente para el tipo de fuente luminosa o simplemente se recurría a filtros de equilibrio con el fin de eliminar o agregar dominantes de color a la toma.
Pocas opciones y pocas oportunidades para el error. El resultado así obtenido tenía características únicas y definitivas.
En la actualidad el método más simple consiste en ajustar al momento de la toma el balance de blancos en la cámara, pero esta es una decisión virtualmente irreversible si el formato de captura presenta compresión (como es el caso del JPG).
Otro método, consiste en recurrir a software para poder introducir variaciones al balance de color después de realizada la toma, revertir el resultado y modificarlo una y otra vez. Sin ir muy lejos Lightroom te ofrece ajustes que solucionan la mayoría de las situaciones.
El secreto para lograr esto radica en usar el formato RAW al momento de hacer la fotografía ya que éste almacena los datos en bruto (se le considera un negativo digital). Estos datos pueden ser más tarde procesados mediante alguno de los muchos programas reveladores que existen en la actualidad.
Es gracias a esto que en la actualidad, existe una marcada tendencia a descansar en la tecnología para corregir errores de exposición, contraste, balance de color. Cómo en todo orden de cosas el uso que se le de a los recursos es lo que hace la diferencia.
Prefiero dedicar el tiempo a hacer una muy buena fotografía antes que estar tratando de corregir lo que no logré al momento del click.
Herramientas y métodos existen en todo momento, y están disponibles para toda persona que quiera conseguir lo que sus ojos lograron mirar.
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