La fotografía es una disciplina creativa maravillosa, sus diferentes técnicas y recursos ofrecen una transversalidad que no siempre se puede ver en otras artes visuales y lo que sirve para la ciencia también es útil para reforzar el mensaje personal. Entre todas las técnicas hay una muy llamativa y que se ha puesto de moda en los últimos años, pero que sin embargo se usa desde hace bastante tiempo: me refiero a la fotografía a intervalos de tiempo o “Timelapse”.
Independiente de si trabajamos la técnica de fotografía a intervalos de tiempo con abundancia o con austeridad de recursos es posible obtener grandes y llamativos resultados con algo de dedicación y un poco de ingenio
En los tiempos de la fotografía tradicional hacer fotografía a intervalos de tiempo estaba prácticamente reservado al ámbito de la fotografía científica, ejemplos de eso son las secuencias que mostraban en pocos instantes el crecimiento de una planta o una vela que se consumía. Hacer una secuencia de corta duración, como por ejemplo de 10 segundos requería como mínimo 240 fotografías tomadas a intervalos regulares y gracias a eso se desarrollaron nuevos accesorios como los chasis con mucho mayor capacidad que los rollos de 36 exposiciones y los intervalómetros.
En ese tiempo los recursos disponibles eran simples y los resultados soberbios, a lo menos para nuestros ojos; en la actualidad el equipo disponible es abundante y de muy alta calidad, pero los resultados no siempre son óptimos; entonces ¿qué es lo que ha cambiado?
¿Cómo se hace?
Necesitamos que nuestra cámara tome fotografías durante un espacio de tiempo y que lo haga a intervalos regulares. Por ejemplo para mostrar el crecimiento de una planta quizás sea necesario una fotografía diaria a la misma hora durante un mes completo.
Este ejemplo es simple, pero establece el equipo y condiciones mínimas necesarias para poder obtener resultados:
- Cámara (de cualquier tipo).
- Trípode u otro soporte estable.
- Algún tipo de sistema que avise cuando se debe hacer la siguiente fotografía.
- De forma opcional algún sistema de obturación que evite tocar la cámara durante la fotografía a intervalos de tiempo.
En esencia lo único que ha cambiado es el tercer elemento, ya que gracias a la automatización de procesos es posible programar la frecuencia e intervalos de fotografía directamente en algunos modelos de gama media/alta y siempre es posible recurrir al intervalómetro (obturador a distancia que además permite establecer la frecuencia e intervalos de toma fotográfica).
Se pueden hacer secuencias de una gran cantidad de temas y situaciones, como por ejemplo atardeceres, transito urbano, salidas de luna sobre el horizonte, etc. Como siempre el límite se encuentra en tu imaginación.
¿Para qué?
Se puede utilizar los resultados de varias maneras, pero la más recurrente es convertirlo en una secuencia de video.
Si queremos obtener una secuencia de fotografía a intervalos de tiempo con ilusión de movimiento serán necesarias 24 (Cine), 25 (PAL) o 30 (NTSC) tomas para conseguir solamente 1 segundo de animación. Esto nos lleva necesariamente a contar con tarjetas de gran capacidad y baterías muy bien cargadas.
Lo siguiente
Como programar un intervalómetro, independiente si tu cámara lo incluye o si se trata de un accesorio es una tarea sencilla si se siguen atentamente los siguientes pasos:
- Conoce tu equipo. Es absolutamente necesario leer su manual para saber como usarlo.
- Establece la cantidad de fotografías que deseas (recuerda que son entre 24 y 30 para lograr sólo un segundo de animación).
- Indica el tiempo de espera o intervalo que debe haber entre una y otra foto (desde un segundo a días). Mientras mayor sea este más rápido parecerán moverse los objetos en la secuencia.
Por ejemplo al usar el que incorporan algunas cámaras de gama media y alta de Nikon se debe proceder de la siguiente forma:
- En el Menú fotográfico (el que tiene el ícono de una cámara) hay que ir a la opción “disparo a intervalos”. Luego se deben establecer las opciones y alternativas con los valores que se ajusten a nuestro trabajo.
- Se puede escoger entre comenzar ahora o definir una hora de inicio (en relación con la hora establecida en la cámara).
- Es necesario definir el intervalo o la cantidad de tiempo que se esperará entre cada toma. Se debe tener en cuenta que la cámara no puede tomar fotografías en el intervalo especificado si éste resulta ser más corto que la velocidad del obturador o que el tiempo necesario para grabar las imágenes en la tarjeta. Por ejemplo, si estás tomando una fotografía de 30” y tienes 5” de espera entre foto y foto tu intervalo será de 35”.
- Finalmente, se indica la cantidad de veces que se repetirá el intervalo (entre 24 y 30 veces por cada segundo de time-lapse).
Es importante tener en cuenta que no se puede establecer el comienzo de la secuencia de tomas si la hora ya pasó.
Adicionalmente
A todo lo anterior incluyo en mi flujo de trabajo personal:
- Usar el formato RAW para las tomas.
- Escoger una tarjeta con una alta tasa de escritura (mínimo 400x).
- Me aseguro de tener capacidad suficiente en mi tarjeta y que la batería tenga toda su carga.
- Hacer una toma de prueba previa a comenzar para asegurarse de que los valores iniciales de exposición sean los correctos.
- Ajustar el balance de blancos de acuerdo a la escena o al tipo de luz que predomine en ella.
- Mantener la cámara en el modo manual de exposición y desactivar el sistema de auto enfoque para enfocar.
- No modifico ni la exposición ni el enfoque hasta terminar todas las fotografías.
Más adelante hay otros pasos adicionales que tienen que ver con el procesado del material para conseguir una secuencia en forma de video, y de esto hablaré en una próxima oportunidad.
Si quieres profundizar en la técnica existe un excelente libro escrito por Gunther Wegner, muy completo, pero en inglés.
Incursionar en la fotografía a intervalos puede parecer algo complejo, pero paradójicamente es regresar al origen y aprender a controlar manualmente lo que te puede ofrecer tu equipo.
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