Como humanos no estamos exentos de cometer errores y muchos de estos ocurren por simple olvido, pero lo bueno de esto es que se puede aprender de ellos y aprovecharlos como en estas ideas para mejorar nuestras fotografías.
Déjame contarte una historia, una real, basada en muchas cosas que he olvidado o dejado de hacer al momento de fotografiar y como éstas me han ayudado a mejorar técnicamente
Faltan un par de horas para que amanezca y me dirijo a un impresionante mirador en la montaña, dispongo del tiempo suficiente para llegar y aprovechar de hacer algunas fotografías, pero en mi apuro he dejado algunos elementos olvidados en otra mochila y quizás a causa de esto termine perdiendo una oportunidad única.
He llegado al lugar que tiene una vista privilegiada, busco en mi mochila el equipo necesario y me doy cuenta de que entre varias cosas he olvidado llevar cable de obturación, batería de repuesto y parasol, parece que tendré que usar el plan B… si es que lo tuviese…
Me tengo que concentrar, en poco menos de quince minutos el espectáculo del amanecer ocurrirá y debo antes buscar una solución.
Instalo el trípode y ahora me doy cuenta que también he dejado en casa el cabezal, y ahora sólo es un peso adicional e inútil que cargué durante toda la caminata cerro arriba, además no tengo como lograr que el horizonte se encuentre correctamente nivelado.
Un amigo me queda mirando con cara de pregunta, pero antes que ponerme a explicar decido utilizar todos los recursos disponibles y no perder la foto.
Coloco mi cámara sobre mi mochila, es una buena superficie donde estabilizar el equipo, hago una toma de prueba y ¡sorpresa! me sale sobre expuesta y con colores muy extraños.
Las soluciones
En terreno, son la improvisación y el ingenio los mejores y únicos recursos con los que puedo contar. Un poco de experiencia e imaginación y seguramente podremos salir del paso, pero siempre es mejor asegurarse y contar con un verdadero plan B.
Además de reemplazar el trípode con mi mochila usé mi gorro para el sol como parasol de emergencia y el retardo de toma para lograr reducir las vibraciones en la fotografía, pero para solucionar la escasa carga en la batería sólo puedo cruzar los dedos y esperar a que alcance para algunas fotos.
Corrijo la sobre exposición y ajusto el ISO para la condición correcta de luz que hay en la escena, y también establezco el balance de blancos adecuado.
Busco corregir el horizonte, y a mi amigo le pido que se coloque delante de la cámara, si el se para recto debería servir.
Finalmente, hago las fotos, si es que llegan a una docena es mucho antes de que se agote la batería, y como no hay más que se pueda hacer comienzo el regreso, no sin antes formarme el propósito de ser mas cuidadoso para las siguientes oportunidades.
Llego a mi hogar, bajo las fotos y me doy cuenta que las sorpresas no han terminado, ya que no hice las fotos en RAW, si no en JPG (y ni siquiera el de mayor tamaño).
Las enseñanzas
Hay un viejo proverbio que dice que es inútil llorar sobre la leche derramada, esto es mucho más simple leerlo que tratar de vivirlo, pero lo mejor es mantener una actitud positiva y aprovechar de aprender lo máximo a partir de los errores cometidos.
En mi caso es establecer una lista de comprobación para asegurarme que llevo todo lo necesario y que los ajustes de la cámara son los que requiero para la ocasión. También darme más tiempo para salir con mayor tranquilidad por si es que aparecen otros imponderables que no he considerado, como por ejemplo congestión vehicular, estado de caminos, estado del tiempo y un muy largo etcétera.
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