Cada pocos meses los fabricantes de cámaras nos sorprenden con nuevos modelos y son muchas las personas que se preguntan si con lo recién develado podrían conseguir mejores resultados; pero pienso que tal como a un escritor no se le preguntaría que máquina es la que usa para escribir, no se debería juzgar a quien hace fotografías por su cámara, solamente por su mirada.
Si te dijeran que la cámara que usas es lo que menos importa quizás tendrías palabras de incredulidad, pero si continuas leyendo este tema es posible que no solo cambies de opinión también es posible que cambies la manera en que ves la fotografía
Se me vienen a la memoria las palabras del gran fotógrafo Ansel Adams: “No hay nada peor que una fotografía nítida de un concepto difuso”, y en este contexto la enseñanza es clara, no se obtiene nada al ser un operador virtuoso del equipo que usas, no se logra nada al componer, exponer y enfocar correctamente si no hay ninguna cosa que contar en tu obra fotográfica.
Recuerda que para desarrollar una propuesta personal esta debe considerar el ámbito estético, técnico y el mensaje que quieres transmitir. Por muy simple que te parezca siempre hay algo que contar, pero de ti depende poder descubrirlo e integrarlo con fuerza en tus fotografías. El control creativo que podamos tener sobre una herramienta pasa por conocer y agotar de forma práctica todas sus/tus posibilidades.
El resultado no depende del equipo ya que lo realmente importante es lo que contamos por medio de imágenes. Lo importante no es cuantos megapíxeles tiene tu cámara, si no lo que puedes llegar a lograr con ella. La técnica debería estar siempre al servicio de tu mensaje y propuesta fotográfica. Conoce todo lo que puede ofrecer tu cámara y úsalo.
En fotografía es más importante que saber ¿el como?, entender ¿el por qué? y ¿para qué? de lo que haces, todo lo demás no es mas que un simple decorado.
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