Hace un poco de tiempo encontré el manual de fotografía para astronautas que la prestigiosa Hasselblad preparó para la NASA entregando conceptos básicos de fotografía a los astronautas que viajaban al espacio en trasbordador. Su lectura es, por decir algo, bastante curiosa y de ella se pueden sacar ideas para potenciar nuestras fotografías sobre la tierra.
Al principio su lectura podría parecer tediosa y muy propia de un manual de operación técnica. Pero, viendo el vaso medio lleno este material no deja de entretener y sorprender.
No es necesario que viajes al espacio para que puedas sacar provecho al manual de fotografía para astronautas de la NASA
Si dejamos de lado todas las páginas dedicadas a la operación de la cámara el manual se reduce bastante y deja ver que la resolución de situaciones específicas de contrastes, contraluces y falta de movilidad se puede aplicar de manera bastante creativa en la disciplina de fotografía de viajes, bueno de eso se trata el manual: del viaje al espacio.
Las cámaras Hasselblad son de formato medio y la superficie útil para la imagen tiene forma cuadrada, esto termina imponiendo un especial desafío en la construcción de la imagen, ya que tenderíamos a buscar el equilibrio simétrico como solución.
El éxito de una imagen se obtiene gracias a la distribución de líneas, formas y colores.
Las soluciones propuestas en el manual pasan por componer de manera central, pero con esto se pierde dinamismo (y en esto coincido con los autores), y la imagen se vuelve monótona y meramente descriptiva.
Luego, introducen el concepto del balance o equilibrio, en el que un elemento dominante (ya sea por importancia, tamaño o posición) debería colocarse a un costado del espacio disponible y un elemento secundario debería quedar subordinado en el costado opuesto, pudiendo incluso considerarse el uso del color como forma de solución. Este elemento genera tensión visual y el necesario diálogo con el espectador y sus experiencias.
La regla de los tercios se incluye y de manera indiscutible se trabaja de manera muy sencilla la división exacta para establecer un punto en el que colocar el elemento más importante de la escena.
Al dividir en tres el alto y ancho de la imagen podremos imaginar una cuadrícula que en este caso estaría formada por nueve cuadrados de igual tamaño. Pero esta división exacta puede provocar que la imagen se perciba muy rígida y quizás sin vida.
La línea del horizonte no debería partir la imagen en dos partes iguales si no más bien colocarse en un tercio del espacio dependiendo de lo que nos interese privilegiar.
Si utilizamos cualquiera de los cuatro puntos que aparecen al cruzar las líneas producidas por esta división se puede potenciar o jerarquizar los diferentes elementos que forman la imagen.
Al proponer el uso de las líneas diagonales como elemento de conexión es cuando se obtiene de manera definitiva el dinamismo necesario para las imágenes que de otra manera se percibirían impresionantes pero sumamente estáticas.
Me gustó mucho la forma en la que este manual de fotografía para astronautas aborda soluciones simples y efectivas para lograr imágenes capaces de quitarnos el aliento y que nos muestran de una manera diferente nuestro querido y no siempre respetado planeta.
La idea es comenzar a combinar estos consejos buscando imágenes interesantes y por que no sorprendentes a lo largo de tus viajes, ya que no es necesario salir al espacio para tener la oportunidad de mirar y descubrir.
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Nota: imágenes © NASA y Hasselblad