Más que buscar una definición estrictamente académica de lo que se puede entender por macrofotografía prefiero referirme a esta disciplina como una oportunidad para maravillarnos con el descubrimiento y asombrarnos por la belleza que puede existir en lo extremadamente pequeño.
Desde hace mucho tiempo, y al margen de toda su innegable capacidad como herramienta al servicio de las ciencias, he considerado a las técnicas de macrofotografía con aquel poder propio de la sencillez de un Haiku, describiendo de forma muy poética la belleza de la naturaleza y la emoción de quien se enfrenta a ella.
La macrofotografía es la técnica que permite conseguir acercamientos extremos en los que la imagen obtenida tiene una relación de reproducción entre 1:2 (imagen a mitad del tamaño real) y 1:1 (imagen a tamaño real), o lo que en otras palabras quiere decir que si el sujeto mide 1 centímetro ocupará lo mismo en la superficie sensible (independiente de si es sensor digital o película tradicional).
Muchos lentes, ¿cuál escoger?
En la actualidad existen muchos lentes en el mercado y esto puede terminar confundiendo a mas de algún interesado en la técnica. La pregunta es ¿cuál es el que debería escoger?
Para poder escoger el lente más adecuado no se puede establecer como un criterio correcto el presupuesto de que se dispone, si no el para que se va ocupar.
Es necesario saber que no todos los lentes que indican la palabra “Macro” están diseñados para este propósito.
Los lentes con distancia focal de 60 milímetros e inferiores son quizás los más económicos y su distancia de trabajo es bastante reducida, lo que termina limitando su campo de aplicación a sujetos estáticos y reproducciones en estudio. Frente a otros de mayor distancia focal ofrecen una mayor profundidad de campo, y esto es algo que se agradece en la práctica de la macrofotografía (la profundidad de campo a veces es de sólo un par de milímetros).
Existen lentes con distancia focal cercana a los 100 mm, su precio es mayor y permiten alejarnos un poco de lo que queremos fotografiar. La perspectiva que ofrecen es más normal y los diferentes planos de la escena no se deformarán tanto como en distancias focales inferiores. No son la primera opción de muchos fotógrafos ya que su relación de reproducción llega en muchos casos sólo a 1:2.
Los mas codiciados son también los mas costosos, con distancias focales comprendidas entre los 180 y 200 mm. Ofrecen distancias de trabajo bastante cómodas como para poder fotografiar sin problemas insectos y otros sujetos en movimiento. Su principal inconveniente es el peso, tamaño y una relativamente baja luminosidad, por ejemplo el 200 mm de Nikon ofrece una abertura f4 que baja a f5,3 al fotografiar con una relación de reproducción 1:1 y recordemos que el límite de difracción de la mayoría de las cámaras digitales se encuentra alrededor de f8.
Independiente de la distancia focal es de gran utilidad (yo diría de absoluta necesidad) que el lente indique mediante una escala cual es la relación de reproducción ofrecida.
Debemos recordar que para alcanzar la relación de reproducción de 1:1 todos los lentes pierden una cantidad importante de la luz que entra al sistema.
¿Cámaras compactas?
Algunas cámaras compactas no ofrecen la posibilidad de usar lentes específicos, pero ofrecen dentro de sus modos automáticos la opción “Macro” indicada con un ícono que representa a un tulipán. Este nos permitirá fotografiar a muy pocos centímetros de distancia. El flash debería estar apagado ya que al activarse sobre expondrá la fotografía dejándola inservible.
La técnica
En macrofotografía la profundidad de campo es escasa y suele ser una tentación el emplear aberturas muy cerradas. Las aberturas cerradas aumentan la profundidad de campo, pero fuera de límites muy estrechos favorecen la aparición de fenómenos de difracción y la imagen pierde toda nitidez.
La cámara siempre debería estar montada en un trípode ya que todo movimiento por pequeño que sea será evidente en la fotografía final. El trípode escogido debería ser aquel que nos permita trabajar a distancias pequeñas ya que algunos lentes ofrecen la relación 1:1 a menos de 25 centímetros medidos desde el visor de la cámara.
Al momento de presionar el obturador deberíamos usar un control a distancia para evitar tocar el equipo (las vibraciones por sutiles que sean se notarán en la imagen), y si es posible deberíamos bloquear el espejo de la cámara antes de la toma.
Se deberá prestar atención a lo que puede aparecer en el visor de la cámara y aprovechar todos los elementos de composición para lograr una toma interesante.
La iluminación artificial es todo otro gran elemento dentro de esta disciplina y si es posible se debería limitar su uso a lo estrictamente necesario para evitar que las fotografías puedan verse poco naturales.
Antes de presionar el obturador recuerda que la técnica, por muy depurada que sea, siempre debería estar al servicio de tu creatividad, de lo que quieres decir con tus fotografías y como le cuentas a los demás la emoción que surge en el momento del descubrimiento de la imagen.
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