Hace algunos pocos años, en pleno auge de la fotografía química, un rollo de película fotográfica permitía un máximo de sólo 36 fotos, una vez finalizado tenía que ser rebobinado, retirado de la cámara y finalmente revelado para que pudiéramos ver los resultados.
En sólo 36 fotos cabían muchas posibilidades: paisajes asombrosos, momentos únicos, miradas intensas, y también mucho espacio para cometer errores antes, durante y después de hacer las fotografías, como por ejemplo las fotografías de Robert Capa durante el desembarco de Normandía, movidas, borrosas y mal reveladas, pero absolutamente llenas de fuerza e impacto visual.
No había histograma, tampoco datos EXIF y tomaba tiempo poder revisar cada fotografía, el sistema habitual de instrucción consistía en descubrir y conocer los errores para luego corregirlos, con esto se lograba un aprendizaje sólido, significativo y perdurable, basado en la confianza sobre las propias habilidades.
La limitación del material, sólo 36 fotos disponibles imponía una forma de trabajo reflexionada, probablemente más cuidadosa, ya que repetir la toma no se consideraba una opción sencilla, ni viable, la naturaleza de la fotografía es registrar lo que ya no existe, y por mucho que se pueda volver al lugar de las fotografías recrear exactamente las situaciones y contexto originales no se puede.
Voy a aprovechar esta y otras limitaciones características propias de la fotografía química para proponerte un ejercicio sencillo e intenso que debería ayudarte a desarrollar tu capacidad de descubrimiento y análisis, aumentar tu grado de confianza y complicidad con tu equipo, y tus habilidades fotográficas.
En tu próxima salida a fotografiar limita la cantidad de fotografías que puedas hacer a tan sólo 36 fotos, la misma cantidad que permitía un rollo de película, define previamente el valor ISO que usarás para todas las tomas (no puedes cambiar), no mires la pantalla después de cada fotografía ni examines el histograma.
¿Es mucho? Espera, aún hay más…
No puedes usar los modos automáticos en tu cámara, tampoco Program ni BKT, como mucho puedes escoger prioridad de abertura o de tiempo y recurrir al compensador de exposición aunque sin histograma no servirá de mucho.
Lo que te propongo es confiar en tus habilidades, y no estarás con los ojos vendados ya que contarás con grandes herramientas como es por ejemplo la regla de Sunny 16, y preguntarte por que escoges los parámetros que usas en tus fotografías.
Quizás, al finalizar este ejercicio de solo 36 fotos te darás cuenta de que la fotografía no es una copia fiel de la realidad, sólo es un espejo en el que reflejas tu mirada personal.
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Susana Delgado Castro dice
Yo aún tengo una cámara análoga y no he podido comprar una digital, pero me las arreglo en fotografiar lo mejor posible.