No quiero acuñar un nuevo refrán, pero en fotografía todo depende del lente con que se mire, y esto ocurre por que según sea el que estemos usando tendremos diferentes efectos sobre como representamos la perspectiva.
Durante el renacimiento el afán por la búsqueda del conocimiento y la verdad llevó a los artistas al descubrimiento de una nueva forma de representar el mundo conocido. Todo fue diferente a partir de ese momento y la pintura dio un gran paso de mano de las matemáticas, esta herencia fue recibida por la fotografía en el siglo XIX y se ha convertido en el más importante recurso para representar la profundidad sobre un material plano.
Representar el volumen de un objeto (alto, ancho y profundidad) planteaba todo un desafío antes de que un grupo importante de pintores italianos se dedicase a estudiar las leyes que rigen la perspectiva. Esto ocurrió a fines del siglo XV y a los artistas que incorporaron estas reglas se les llamó, con propiedad, pintores geómetras. Entre estos, los más conocidos fueron Leonardo Da Vinci, Masaccio, Fra Angelico, Piero Della Francesca, Rafael y Miguel Angel.
Las matemáticas (en especial los aportes de Pitágoras) y una cuidadosa observación del mundo permitió reconocer y enumerar reglas muy rigurosas que permitían restablecer distancias, profundidades y proporciones de los elementos representados en diferentes planos.
¿Qué es la perspectiva?
Es un recurso que permite representar en un soporte de dos dimensiones (como por ejemplo una fotografía) un objeto de tres dimensiones o con volumen.
¿Cuántas hay?
En términos generales hay tres tipos de perspectiva: la de observación, la geométrica y la atmosférica. Cada una se adapta mejor que las otras ante situaciones específicas y es sólo cosa de práctica saber cual y cuando escogerla.
La forma más utilizada es la perspectiva de observación y representa lo que se vería según el ojo del observador. Se logra la sensación de profundidad mediante la disminución del tamaño de objetos conocidos que se ubican sobre las líneas que convergen en el llamado punto de fuga, de esta forma los objetos más cercanos aparecen de mayor tamaño en la obra.
Según sea el lente
En fotografía, se puede controlar la perspectiva cambiando la distancia focal de la lente, al igual que cambiaría la observación de un objeto acercándose o alejándose de el.
Los lentes u objetivos se pueden clasificar en tres grandes grupos según su ángulo de cobertura: aquellos capaces de cubrir un ángulo aproximado de 46 grados son considerados normales, los que abarcan un ángulo mayor se llaman gran angulares y los que cubren un ángulo inferior son considerados teleobjetivos.
Los lentes de tipo normal entregan una perspectiva similar a la del observador, pero en el caso de los gran angulares los elementos de primer plano o más cercanos a la cámara aparecerán mucho más grandes de lo que son en realidad, exagerarán la perspectiva y la distancia entre los diferentes elementos de la escena (situados a diferentes distancias), y en el caso de los teleobjetivos ocurrirá todo lo contrario ya que las distancias existentes entre estos parecerá no existir o ser muy poca.
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