Ya han pasado más de 10 años desde aquel martes 3 de agosto de 2004, en el que a la edad de 95 años uno de los mayores Fotógrafos de toda la historia cerró en forma definitiva sus ojos. Tal como fue su vida (alejada de toda farándula) su partida se conoció después de realizada la ceremonia funeraria a la que asistió su familia. Su legado es una extensa colección de fotografías y muchas enseñanzas que podemos aprovechar.
Se le considera el “padre del instante preciso”, pero a el no le gustaba esa definición ya que lo acercaba al azar, y su obra no estaba cercana a eso ya que existía en cada toma, en cada fotografía, un método estrictamente seguido para poder llegar al resultado con que nos asombró.
Para este análisis al método de Cartier-Bresson tomaré en cuenta una fotografía emblemática dentro de su obra (las mujeres orando en Kashemira, India, 1948).
La geometría
No es necesario mirar profundamente la totalidad de la obra de Cartier-Bresson para darse cuenta del valor que le otorga a la composición y el cuidado en el uso de las proporciones y geometría en cada una de sus fotografías.
Plantea un cuidadoso uso de la proporción aurea y aprovecha la dirección de la mirada de las mujeres para conducir al espectador por toda la fotografía al tiempo que se mantiene un ritmo que yo calificaría de solemne.
Todo se resuelve usando líneas que actúan como conectores de las diferentes figuras geométricas que hay en la imagen.
Miremos a nuestro alrededor y descubramos como todo se puede reducir a figuras geométricas y ya tendremos un nuevo elemento con el que potenciar nuestras fotografías.
La paciencia
No le gustaba que se asociara su obra al azar, y la explicación es clara: esperaba, pacientemente, cuidadosamente, hasta que aparecían los elementos en las posiciones que el quería dentro de su fotografía. Observaba cuidadosamente el potencial de la escena y sabía que el comportamiento humano generalmente se repite en patrones cíclicos.
En el caso de la oración se volverá a repetir muchas veces, si no es en el mismo día será a la misma hora cada día.
«Fotografiar es contener la respiración, cuando todas las facultades convergen para captar la realidad fugaz. Es en ese preciso momento en que el dominio de una imagen se convierte en una gran alegría física e intelectual.» Henri Cartier-Bresson
Si esperas tienes el tiempo y la oportunidad de componer cuidadosamente tu fotografía y tendrás claro cual es el momento (no antes, no después) de hacer esa foto.
Viaje a India
Cuando estamos en un mismo lugar todos los días, cada día de nuestra vida, comenzamos a dejar pasar aquellos detalles que tienen el poder de hacer diferente cada momento. Cartier-Bresson viajó por muchos lugares y siempre su mirada se mantuvo fresca, ávida por descubrir lo inesperado.
Durante un viaje no sólo se descubren nuevos lugares, también se logra un intenso aprendizaje al observar a quienes viven en esos lugares, sus costumbres, sus ritos, su vida, sus historias particulares.
Así, el viaje pasa a ser un continúo re-encantarse y una oportunidad de autodescubrimiento en la mirada del otro, en la mirada de quien está del otro lado de la cámara.
Cartier-Bresson vivió por cerca de un año en India y durante ese tiempo logró conocer y entender mucho de su intensa cultura.
Óptica fija
Su ojo estaba particularmente pegado a una óptica, un lente 50 mm en su Leica, y salvo que estuviese trabajando por encargo ese lente se mantenía fijo.
“Conocí la Leica, y de inmediato se convirtió en la prolongación de mi mirada.” Henri Cartier-Bresson
El fotógrafo jamás se planteó usar un lente zoom, si necesitaba estar más cerca o quizás mas lejos recurría a sus piés, y así es como sin llevarse la cámara a sus ojos ya sabía lo que entraría en el fotograma.
Un lente fijo, como el que usaba Cartier-Bresson nos invita a que busquemos mejores imágenes y que la exploración de estas no sea un ejercicio en desuso.
La interacción
Tal como si fuera un movimiento reflejo miraba, sentía, componía, analizaba y tomaba la fotografía. Es por eso que su obra está llena de personas y situaciones que con su actividad reflejan la vida e historias personales. Se mantenía alerta y no dejaba de asombrarse con todo lo que lo rodeaba, además, mantenía un sentido crítico que le permitía decidir lo que fotografiaba y aquello que solo miraba.
No recortar
El indicó en una oportunidad que si un negativo (en su época se usaba película fotográfica) es tan pequeño es absurdo recortarlo aun más, y esta sería mi recomendación: evitar el recorte de tu fotografía con fines compositivos y esforzarse en buscar, descubrir y dejarse seducir por la imagen.
El revelado no es tan importante
Si bien conocía todos los procesos necesarios para revelar una imagen prefería confiar en otras personas ese trabajo, ya que para él lo realmente importante estaba en el tiempo que podía dedicar a tomar más fotografías.
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