Uno de los desafíos mas frecuentes en la práctica fotográfico es el poder obtener imágenes que no presentes errores técnicos, y para esto existen una serie de recursos tanto a nivel de equipos como en el de la destreza técnica, pero siempre es posible incluir el ingenio como una herramienta de importancia para mejorar los resultados.
Si hay un concepto clave que se aplica en la fotografía sería la flexibilidad, una solución se puede utilizar en muchas y variadas situaciones con muy poca necesidad de adaptación y este es el caso del uso de la toma en ráfagas como estrategia para evitar fotografías movidas por la sacudida del lente y que es utilizada preferentemente en la fotografía de deportes o de acción.
Para poder comprender mejor su utilidad y forma de uso es necesario que imaginemos el siguiente escenario:
Queremos hacer una foto de un sujeto que se encuentra en un lugar con escasa cantidad de luz, no contamos con trípode, no podemos usar flash, no nos interesa utilizar un valor elevado de ISO, nuestro sujeto se mueve y queremos tener algo de profundidad de campo. Es decir tenemos todo en nuestra contra y aun así queremos (y podremos) lograr la fotografía.
La solución es muy sencilla ya que nos preocuparemos de buscar la exposición correcta en función de la abertura y valor ISO que escojamos, y luego sostendremos nuestra cámara de la forma más correcta mientras mantenemos presionado el obturador uno o dos segundos para lograr una ráfaga de varias fotografías.
A primera vista todas la tomas parecerán estar correctas en el visor de la cámara, pero si las examinamos cuidadosamente en el monitor de nuestro computador veremos que sólo unas pocas estarán correctas y sin el movimiento provocado por la cámara.
Esto también te puede ser útil cuando tu pulso no es muy firme, cuando sujetas un lente muy pesado o cuando éste no tiene un sistema de estabilización o reducción de vibraciones.
¿Te gustó este tema? Puedes aprender más participando en nuestro curso de fotografía (nivel básico)